Taller de escritura científica

Taller de escritura científica. Rosetta Martorell (AAEC) y Natalia Igualador (AAEC)

 

Esta estrella no está viva. Es, literalmente, el cadáver
de lo que en un tiempo fue una estrella gigante roja, y en
Ella se está librando una batalla.
Carlos Morales Socorro

El pasado sábado, 29 de mayo, pudimos disfrutar de la primera sesión del Taller de Escritura Científica impartido por nuestras compañeras Natalia Igualador y Rosetta Martorell.

Dadas las dudas que surgen en el proceso escritural -y de incorporación de imágenes y gráficos- llegado el momento de redactar toda la información recabada en una investigación, nos planteamos la realización de este Taller de Escritura Científica con el fin de facilitar las herramientas comunicativas que permitan a las personas -profesionales o amateurs- que deseen dar a conocer sus investigaciones seguir unas directrices para mejorar su discurso y hacerlo atractivo a sus receptores atendiendo al carácter divulgativo o especializado del mismo.

En este taller se planteó mejorar la competencia comunicativa escrita en la producción de documentos científicos divulgativos de sus autores, dotar al investigador o investigadora –profesional o amateur- de las herramientas, pautas lingüísticas y estrategias de la comunicación escrita que le permitan transcribir, redactar e ilustrar con estilo una documentación científica atendiendo a los principios de la adecuación, coherencia y cohesión, propios de los textos científico-técnicos de modalidad divulgativa e identificar las características y diferencias tanto lingüísticas como estructurales entre los documentos científicos divulgativos (DCD) y especializados (DCE).

Hemos estudiado los artículos de divulgación científica Cómo morir desgarrados por una estrella y Cómo viajar a Alfa Centauri, escritos respectivamente por Carlos Morales (AAEC) y Daniel Marín (AAEC). A través de ellos hemos podido explicar y ver de qué forma la materia científica puede adquirir una dimensión artística con el empleo de recursos estilísticos que lejos de restar rigor científico hacen cómplices a nuestros lectores.

En definitiva, ha resultado una amena toma de contacto con la escritura científica y toda una oportunidad para conocer de cerca las técnicas y herramientas que nos animarán a crear un nuevo artículo de divulgación científica, original, creativo, pero siempre atendiendo al principio de la cientificidad… Y recuerda, que no falte ese toque poético.