Reto Marianela: Conociendo el cielo con Galdós (I)

 

Iniciamos este blog con un encuentro entre Galdós, Nela, Henrietta y el universo. Te invitamos a que te unas a estas veladas atemporales…

Nos situamos en 1878, el Realismo va alcanzando con un Galdós de 35 años profundas dimensiones. Dedicaremos un artículo a cada uno de los capítulos de Marianela con la intención de compartir el firmamento galdosiano.

(Henrietta por ese entonces solo contaba con 10 años, pero don Benito ya conversaba con ella…)

No hay más que adentrarse en las primeras palabras de la obra para percatarse de la esencia de un escritor que supo mirar al cielo e integrar los conflictos existenciales de sus personajes en un universo humanizado, inmerso en la tragedia que conlleva vivir.

Esta obra fue publicada en 1878 y pertenece a las Novelas de la Primera Época, momento en que compone las denominadas novelas de tesis con el propósito de representar el enfrentamiento ideológico entre dos Españas. En ellas suele oponer protagonistas de mentalidad liberal –que encarnan el pensamiento del autor- a personajes de ideología tradicional. Pertenecen también a este tipo Doña Perfecta (1876), Gloria (1876-1877) y La familia de León Roch (1878).

Intentaremos acercarnos a la Astronomía con la mirada crítica, sensible y progresista que Galdós proyecta en sus personajes, siempre intentando percibir el horizonte y esos astros que acompañan a las incertidumbres del destino. Su sentido del humor a veces irónico se percibe como un antídoto ante las circunstancias adversas. ¡Pero con qué sensibilidad describe el paisaje interior de Nela, donde guardaba sus anhelos y que estaba condenado a marchitarse! … Solo en el firmamento sería capaz de recobrar la vida.

(Ven, acércate Henrietta, soy Benito Pérez Galdós… Permite que me presente con la historia de Nela. Seguro que habría sido muy feliz trabajando contigo en el Observatorio. ¡Le encanta contemplar las estrellas!, ¡es capaz de dibujar con sus palabras el mismo firmamento y hacer que un ciego llegue a observar los astros con intensidad y belleza!, ¡que se lo pregunten a Pablo! Pobre Nela, Henrietta… Ahora van a decir algo acerca de mí. Puedes preguntar todo lo que quieras. Después te voy a pedir que me enseñes el nombre de una extraña estrella que parpadea con desesperación como si estuviera hechizada.

Por cierto, nací un 10 de mayo de 1943 en el barrio de Triana, en una casa de la calle del Cano. Allí residí hasta los 19 años… Ahora es un museo, suelo ir a pasear sin que nadie lo sepa y me gustaría que lo visitaras, Henrietta.

¿Te llevaste tu cielo canario a Madrid, Benito, aquel otoño de 1862?… ¿Ha estado siempre en ti, verdad? La geografía no solo la marcan los lugares sino también las personas…

Hay espacios que viajan conmigo Henrietta, como tus variables… mares, estrellas de mar y de cielo pero siempre estrellas… y ese universo que intenta liberarnos de prejuicios).

Galdós ha surcado en esta novela el alma de la mujer y del universo con una hondura y minuciosidad nunca antes halladas, acercándose a los espejos internos de la personalidad femenina. Se va percibiendo una mentalidad abierta como los cielos que alberga su espíritu librepensador y en los que ha proyectado esos vacíos existenciales e injusticias de la sociedad conservadora que le tocó vivir.

Le arrebataron injustamente tres veces el premio Nobel de Literatura pero no el reconocimiento imperecedero a toda su creación literaria y artística ni a su persona que converge ahora en estas líneas.

No hay olvido posible cuando los recuerdos forman parte del equipaje y don Benito trajo consigo aquel sol, aquella luna y aquellas estrellas que le acompañaban en su barrio de Triana y que atravesaron el océano con él.

Quizás nadie se percató de ello… pero el firmamento brilla con sus dolores y sus esperanzas en novelas de tesis como esta. Ya las palabras reiterativas de Teodoro Golfín en este primer capítulo lo anuncian… ”adelante, siempre adelante”… y Nela atrapada en su idealismo a la intemperie del destino.

Y hay obras que toda alma que se precie de ser galdosiana debería leer y que aconsejo…

La catedrática Yolanda Arencibia (a quien tuve de profesora en la Facultad de Filología, quizás por designio de don Benito), directora de la cátedra Benito Pérez Galdós por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, nos desvela en las casi 1.000 páginas de su extraordinario libro Galdós. Una biografía, con una profundidad y rigor documental asombrosos, detalles de la personalidad y de la obra de don Benito que no se nos pueden escapar. Con esta publicación le ha sido concedido, meritoriamente, el Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias (Tusquets E2020) en un año en que además se conmemora su centenario.

Por otra parte, el profesor y catedrático de Lengua Castellana y Literatura Plácido Checa y el periodista Pablo Checa nos conducen hasta Galdós con La ciudad de Galdós. Las Palmas de Gran Canaria ayer y hoy (CanariaseBooK, 2016). Se trata de una magnífica publicación que recoge la ruta histórico-literaria que desde hace años vienen realizando y que cada año comparto por los parajes más galdosianos de los barrios de Triana y de Vegueta: un rencuentro con la infancia y juventud de don Benito.

Y ha llegado el momento… Empieza por conseguir un ejemplar de Marianela. ¿Ya?

Comenzamos …

Iniciamos la lectura de este primer capítulo con un ejemplar de Marianela de 1939, con una tirada de 70.000. Edición Librería y Casa Editorial Hernando ( S.A.):

Marianela. Tesoro de la autora de este artículo.

 

I
PERDIDO

En este capítulo Galdós nos presenta a Teodoro Golfín y su voz narrativa estará presente en todo el discurso… Un narrador omnisciente que conoce no solo los sentimientos y pensamientos del individuo, sino también de la naturaleza y del cosmos con los que va a interactuar constantemente.

Si ya el título es significativo, lo es más aún el inicio, con una referencia astronómica que funciona como elemento deíctico temporal: ”Se puso el sol” que marca su carácter indefinido en un relato que se inicia en tercera persona pero con un léxico cargado de subjetividad en la que el paisaje aparece humanizado. Galdós parece vislumbrar en él esa alma dolorida noventayochista en “rumores de la tierra somnolienta”, “obscura la noche”, ”negro seno” y se va creando la atmósfera en la que estará inmerso el personaje… ”el viajero” fundido cada vez más en un paisaje que forma parte de su personalidad.

El realismo incrementa su dimensión psicológica en el segundo párrafo con una atmósfera casi telúrica que incluso puede llegar a evocar –es tan solo una visión particular- el realismo mágico de Márquez: “… para apalear las zarzas cuando extendían sus ramas llenas de afiladas uñas para atraparle la ropa”.

Y en el tercer párrafo sigue la voz de ese narrador omnisciente que detiene a su personaje “mirando a todo el círculo del horizonte” en espera de su “destino” que tendrá nombre propio en el siguiente parágrafo pasando a una primera persona y con su “adelante, siempre adelante…” unas palabras que revisten al personaje de ese pensamiento progresista del autor pero a la vez envuelto en contradicciones e incertidumbres.

Ya situados en el quinto párrafo hallamos otra referencia astronómica: “Aún falta media hora para la salida de la luna. ¡Ah, bribona, tú tienes la culpa de mi extravío!”… Ahora hay una apelación ser humano-universo-destino con tintes existenciales que parecen reflejar los conflictos propios de estas novelas de tesis, esta vez encarnados –momentáneamente- en Golfín. Y esta interacción se repite varias veces en el noveno parágrafo, aunque con un tono más irónico y espontáneo: “¿Esas tenemos, señor planeta?… ¿Conque quiere usted tragarme?… Si ese holgazán satélite quisiera alumbrar un poco, ya nos veríamos las caras usted y yo”, “Magnífico asiento para echar un cigarro esperando a que salga la luna” …

Proseguimos apreciando elementos del cosmos. Nuevamente se impone la tierra, con “el canto de una muchacha“ cambia la atmósfera descriptiva en los siguientes pasajes. Galdós va sacando de las entrañas de sus personajes esas raíces que va a enfrentar: “¡Qué voz tan bella, qué melodía tan conmovedora! Creeríase que sale de las profundidades de la tierra, y que el Sr. de Golfín, el hombre más serio y menos supersticioso del mundo, va a andar en tratos con los silfos…!”, “Esta es una situación divina!”…

Y es que Nela ya ha aparecido. Laterá con una tinta imborrable que don Benito le reservó. Con ella descubriremos el universo… ¿Te animas a seguirla?

Continuará…